Yoga y menopausia
En un mundo donde se busca la eterna juventud, donde borramos los efectos de la edad y nos cuesta aceptar que la muerte es parte de la vida. A veces resulta difícil hablar de menopausia.
Pero hoy me apetece hacerlo, seguramente porque me desperté cansada, dolorida como si fuese a menstruar en cualquier momento, aunque he menstruado hace dos semanas. Con mi estado de ánimo cambiante y con mas ganas de quedarme en la cama que cualquier otra cosa.
Sé que son los síntomas de la pre-menopausia, mi cuerpo se prepara para un nuevo cambio. Y me rehuso a sentirme enferma, es un proceso normal del cuerpo, como la pubertad o el embarazo. Sin embargo, también es un recordatorio, nos queda menos tiempo. La juventud se evapora y nos vamos haciendo conscientes de que tenemos fecha de caducidad. Aunque tampoco quiero verlo como un triste desenlace.
Entonces? Cómo afrontar la menopausia sin morir en el intento... jaja.
Aún con mi pregunta dando vueltas en la mente, pensé que algo tendría que hacer.
Medité un rato, mas que nada fue poner una mano en mi pecho y otra en mi abdomen y recostada, conectar con mi respiración y con mi ritmo interno. Me encanta hacer esto, normalmente pongo una música instrumental para meditar, y una alarma suave a los 30 minutos, para evitar quedarme dormida.
Después de este rato de conexión, sentí que podía empezar mi día. Así que en pijama, desenrollé mi mat y saque un bolster (cojín de yoga), una manta y la rueda de yoga, con la intención de hacer yin yoga o algo mas restaurativo. Practiqué un rato, yin yoga, unas pocas asanas, que sirvieron de bálsamo para mi cuerpo.
Rebusqué entre mis libros de yoga, Yoga y la salud femenina, con la idea de buscar variantes para mis clases de hoy, que me permitan respetar lo que mi cuerpo necesita, y que sean de utilidad para mis alumnos también.
Fui directa al capítulo de menopausia. Y la verdad es que solo comenzar a leer me hizo sentir bien. Por momentos me olvido que las mujeres de mi edad, muchas de mis amigas, están pasando por lo mismo. Así que, leer en un libro que tiene muchos años, lo que me está pasando ahora, fue como sentirme abrazada por miles de mujeres que silenciosamente sienten lo mismo que yo.
En mi caso, aún no siento sofocos, pero los períodos con cambios en la intensidad de flujo, el cansancio, ya comienzan a hacerse notar. Otros síntomas que son comunes son los cambios de humor, insomnio, pérdida de memoria a corto plazo... cuántas veces se me olvidan cosas que antes recordaba con facilidad!
Porqué me sentí bien al leer todo esto?
Porque aunque sepamos que son síntomas normales, aunque mis amigas me cuenten su experiencia. Aún hay una vocecita dentro mio que dice, "no será que simplemente eres perezosa?" "no será que estas buscando una justificación para hacer menos?", " si no te pones en marcha vas a perder el tren de la vida"... sólo escribirlo suena feo. Pero esa voz existe. No quiero negarla, porque esa misma voz, es la que muchas veces me da la fuerza para avanzar, me "pincha" para que siga adelante. Aunque es cierto que hay que tenerla a raya, porque puede con mucha facilidad ponerse muy crítica y juzgadora. Entonces leer que son síntomas normales, que es un proceso de la vida y que una vez mas el yoga puede ser mi aliado para atravesarlo de la mejor manera posible, me ayudó.
Pensé que también podría ayudarte, contarte que estoy pasando por lo mismo. Que podemos compartir sin sentirnos juzgadas, ni menos que nadie, podría ser algo positivo para mi y para todas las maravillosas mujeres que forman parte de mi comunidad.
Así que te dejo algunos consejos sobre como hacer que tu práctica de yoga te acompañe en esta etapa de crecimiento.
1- Escucha lo que tu cuerpo necesita. Regálate unos minutos para conectar con tu respiración y las sensaciones.
2- No te fuerces a hacer una práctica muy intensa.
3- Las posturas ideales para los sofocos son las que estiran tu tronco. Las que abren el espacio entre tus costillas. Estiramientos laterales, posturas de pie como Utthita Trikonasana, parsvakonasana, vasistasana. Aunque pueden ser posturas exigentes de acuerdo a tu nivel de práctica, puedes adaptarlas usando soportes. Puedes apoyarte de espaldas en la pared, o usar una silla.
4- Cuando sientas cansancio, hay que encontrar un equilibrio entre hacer y no forzar demasiado. A mi me funciona supta badhakonasana con altura bajo la espalda, para comenzar abriendo el pecho, que siempre me levanta el ánimo. Para luego entrar a las asanas poco a poco, en movimiento. Y si esta dentro de tu práctica habitual puedes terminar con alguna invertida. Seguramente al terminar sentirás la diferencia.
5- Para el insomnio las posturas sedentes son buenas. Es decir todas las asanas que inclinan el tronco hacia delante. Lo ideal es que las hagas apoyando tu cabeza, si la cabeza no toca tus piernas, primero no te fuerces, es normal, y segundo usa algún implemento para que puedas apoyarla. Una silla, cojín, manta, block de yoga, lo que tengas a mano.
El apoyar la frente nos da una sensación de contención, como si al apoyar la mente pudiéramos aparcar también nuestros problemas y preocupaciones.
Sé que seguramente necesites mas detalle sobre las posturas para cada síntoma, así que me comprometo a hacer secuencias simples y subirlas a mi canal de youtube, que tengo bastante abandonado, para que puedas hacerlas en casa.
Te doy las gracias por compartir este rato leyéndome, espero que te haya servido de ayuda y que si conoces a alguna mujer que esté en esta etapa de la vida puedas compartirlo para que ella también se sienta acompañada.
Si tienes dudas o te gustaría que profundice sobre algo puedes dejarme tu comentario o enviarme un mensaje. Estaré encantada de responderte.
Namaste.
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